Falleció Monseñor Rodolfo Wirz, Obispo Emérito de Maldonado
- Dec 10 2025
Su velatorio tendrá lugar este miércoles desde las 8:30 horas en la Catedral de San Fernando de Maldonado.
Con profundo dolor, la Iglesia uruguaya anunció el fallecimiento de Monseñor Rodolfo Pedro Wirz Kraemer, obispo emérito de Maldonado-Punta del Este, ocurrido este martes 9 de diciembre en Montevideo, a los 83 años. Su velatorio tendrá lugar este miércoles a partir de las 8:30 horas en la Catedral de San Fernando de Maldonado.
A las 12:30 horas se realizará una misa de cuerpo presente presidida por obispos y sacerdotes del Uruguay. Estará presente el cardenal Daniel Sturla. A las 15:30 horas tendrá lugar su sepelio en el Cementerio de Maldonado.
Nacido el 19 de abril de 1942 en Schwarz-Rheindorf, Alemania, Rodolfo Wirz quedó huérfano de padre durante la Segunda Guerra Mundial. Finalizada la contienda, llegó siendo muy niño a Uruguay junto a su madre, acogidos por un tío materno sacerdote que ya vivía en el país. Durante un tiempo vivieron en la misma casa parroquial, una experiencia que marcó profundamente su vocación.
Ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1968 por Monseñor Carlos Parteli, sirvió como párroco en varias comunidades de Montevideo antes de ser nombrado, el mismo 21 de diciembre de 1985, por San Juan Pablo II, obispo de la entonces nueva diócesis de Maldonado-Punta del Este, sucesor de Monseñor Antonio Corso. Durante 32 años (1985-2018) guió con entusiasmo y cercanía esa porción del Pueblo de Dios, hasta que el 16 de octubre de 2018 el Papa Francisco aceptó su renuncia por límite de edad y nombró a su actual pastor, Monseñor Milton Luis Troccoli.
En dos oportunidades ejerció como administrador apostólico de la diócesis de Minas: entre 2001 y 2004, y nuevamente desde la renuncia de Monseñor Francisco Barbosa (1 de julio de 2009) hasta la llegada de Monseñor Jaime Rafael Fuentes.
En 1998 su nombre sonó con fuerza como posible arzobispo de Montevideo. En 2005 participó, invitado por la Conferencia Episcopal Alemana, en la XX Jornada Mundial de la Juventud en Colonia-Bonn, su tierra natal. Dentro de la Conferencia Episcopal Uruguaya ocupó numerosos cargos de responsabilidad, entre ellos vicepresidente y presidente. A nivel continental, se destacó en el CELAM como responsable de Cáritas Latinoamericana y delegado de Uruguay en varias asambleas.
Quienes lo conocieron recuerdan su alegría contagiosa, su empuje evangelizador y su especial sensibilidad hacia los más necesitados. En palabras de su sucesor, Monseñor Milton Troccoli: «Rodolfo es muy querido, se entregó mucho. Con su alegría, con su empuje, con su entusiasmo, siempre fue animando a todos. Acompañó a mucha gente en momentos difíciles, en la enfermedad, en la confesión. Supo estar muy presente para todos. Su legado es el de una Iglesia al servicio de todos, especialmente de los más pobres, enamorada de Jesús y de la evangelización». Incluso cuando el Alzheimer avanzó, su identidad sacerdotal permanecía intacta.
En una de sus últimas conversaciones coherentes le dijo a Monseñor Troccoli: «Vos sabés que yo soy sacerdote… Es lo que me ha hecho más feliz en mi vida». En los últimos años residió en el Hogar Sacerdotal de Montevideo, donde recibió cuidados afectuosos hasta su partida.
Tróccoli recordó: “Como él mismo solía decir, para los cristianos no existe un «adiós», sino un «hasta siempre». Que el Señor, a quien tanto amó y anunció, lo reciba en su Reino y consuele a su madre, a sus hermanos, a los sacerdotes y a los fieles de las diócesis que sirvió, y a toda la Iglesia uruguaya que hoy lo llora y le da gracias por su fecundo ministerio. Descanse en la paz del Señor, Monseñor Rodolfo. ¡Gracias por tanto bien sembrado”!
Correo de Punta del Este












