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Gestión de Orsi: 36% aprueba y 36% desaprueba, pero siguen creciendo las opiniones negativas

Gestión de Orsi: 36% aprueba y 36% desaprueba, pero siguen creciendo las opiniones negativas

Una nueva foto de la opinión pública revela un país cada vez más fragmentado. Según la última encuesta de Equipos Consultores, al cierre de noviembre de 2025, el 36 % de los uruguayos aprueban la gestión del Yamandú Orsi como presidente, mientras otro 36 % la desaprueban. El saldo neto queda en equilibrio absoluto.

La medición revela que más de un tercio de la población respalda al mandatario, pero un porcentaje idéntico lo rechaza, dejando como residuo un grupo considerable que aún no tiene una opinión formada.

Esta indefinición se refleja en múltiples ejes: la desaprobación ha aumentado progresivamente desde los primeros meses de su gestión.

El estudio de Equipos evidencia que la opinión sobre Orsi varía según el nivel socioeconómico. Entre los segmentos medio-altos y altos, predomina un saldo negativo en la evaluación presidencial. En contraste, los estratos medio-bajos y bajos mantienen una visión favorable hacia el gobierno.

No hay sorpresas en la segmentación política: los votantes del bloque oficialista respaldan en forma marcada a Orsi —con un saldo neto de aprobación de +47—, mientras que entre los votantes opositores la desaprobación se estanca cerca del 65 %, lo que produce un saldo de −48.

Este fuerte clivaje refleja que la evaluación de la gestión presidencial ya no está atada únicamente a los logros o fracasos del gobierno, sino al perfil político del encuestado.

La encuesta indica que la imagen personal de Orsi se sitúa unos diez puntos por encima de la valoración de su desempeño institucional. Esto sugiere que, aunque su gestión suscita dudas entre una parte del electorado, su figura sigue conservando cierto grado de simpatía o confianza.

Este fenómeno recuerda a etapas de gobiernos anteriores en las que la separación entre “imagen” y “gestión” permitió cierta estabilidad simbólica a pesar de los debates álgidos sobre políticas concretas.

Al comparar con mediciones anteriores del mismo año, se observa una tendencia clara: en abril de 2025 —poco después de asumir el cargo— Orsi convocaba aún un 41 % de aprobación, con apenas un 14 % de desaprueba. Pero con el paso de los meses, la brecha se achicó y se transformó en una relación de equilibrio, dando paso a una mayoría considerable de “indecisos o neutrales”. Esto podría indicar un desgaste de la “luna de miel” inicial, combinado con un contexto económico, social o de gestión que suscite cuestionamientos crecientes.

Este escenario implica varios desafíos para el gobierno: mantener su base de apoyo, especialmente entre sectores vulnerables, donde aún mantiene simpatía; y evitar la profundización de la polarización. La marcada diferencia entre votantes propios y opositores sugiere un clima político tenso y posiblemente fragmentado. Convertir la “imagen favorable” en resultados concretos: los números indican que muchos uruguayos aprecian al presidente como persona, pero dudan de su desempeño. Esa dualidad es clave para decisiones futuras.

Por su parte, la ausencia de una mayoría clara a favor o en contra lo ubica en una posición delicada: cualquier error, crisis o mala gestión podría volcar esa evaluación hacia la desaprobación masiva.

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