Orsi desafía: "Mis tropiezos discursivos van a ser cada vez más grandes"

Durante el almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM), el presidente Yamandú Orsi abrió su intervención de forma inusual: afirmó que sus tropiezos discursivos no solo continuarán, sino que se profundizarán. Lo explicó como parte de un estilo directo y didáctico, "poco dispuesto a seguir los rituales de la corrección política". En su intervención combinó advertencias y definiciones de gestión y reafirmó que no piensa moderar su manera de decir las cosas.

“Hoy va a ser un gran porrazo discursivo”
Orsi eligió iniciar su intervención en el almuerzo de ADM asumiendo —y reivindicando— un punto que ha marcado la agenda política: sus tropiezos discursivos. Con ironía, el presidente desafió: “Si tropiezo discursivo es decir lo que uno piensa, o torpeza es admitir que hay cosas que uno no sabe, entonces lo voy a seguir haciendo”, afirmó, adelantando a los asistentes y a los editores de prensa que la jornada sería “un gran porrazo discursivo” y que ese será su tono durante todo el período de gobierno.

La docencia: "se explica una, dos y tres veces y si no se entiende, no se entiende"
Orsi vinculó su estilo comunicacional con su identidad docente. “Si no se entiende, se explica. Una, dos y tres veces”, dijo, planteando que su vocación pedagógica lo impulsa a aclarar y repetir, incluso cuando eso incomode o genere ruido. Sin embargo, cerró el comentario diciendo que, después de explicar varias veces, "si no se entiende, no se entiende".

Luego dio un paso más y apuntó directamente al clima público: “Lo políticamente correcto me tiene un poco cansado”. A partir de allí trazó un compromiso explícito: hablará “una y otra vez” como lo ha hecho siempre, incluso permitiéndose expresar “lo que siente”, aunque ello abra conversaciones incómodas “entre Carlito y el abogado”, bromeó, aludiendo a su equipo cercano.

El presidente reivindicó la provocación intelectual y el debate, señalando que las discusiones necesarias comienzan cuando se pone sobre la mesa “lo que uno verdaderamente piensa”. En ese marco mencionó las “exégesis” mediáticas sobre sus dichos, a las que dijo seguir con interés.

El mandatario dejó claro que su comunicación no buscará amoldarse a parámetros blandos o neutros y que sus “porrazos” serán parte natural de su forma de ejercer la Presidencia. “Cada vez van a ser más grandes”, anticipó, señalando que "la espontaneidad, y no el libreto", será la guía de su oratoria pública.

Tras ese inicio inusual, cargado de definiciones sobre su estilo, Orsi desplegó un extenso diagnóstico del punto de partida de su administración. Aclaró que no buscaría “traslado de culpas”, pero sí fijaría con precisión la situación heredada. Sostuvo que el país llegó al cambio de mando con fortalezas macroeconómicas, pero también con “una realidad más pesada y compleja de lo anunciado”: un déficit fiscal por encima de lo esperado, deudas postergadas, presión sobre el sistema de salud, aumento de la pobreza infantil, sobrecarga del sistema penitenciario y desafíos contractuales en infraestructura estratégica.

Orsi insistió en que describir ese cuadro no implica construir excusas, sino establecer el marco desde el cual se toman decisiones. Y apuntó que "gobernar requiere asumir la realidad para transformarla".

En la segunda parte de su intervención, el mandatario detalló la conformación del gabinete, la definición de 63 prioridades de gobierno y la creación de mecanismos para articular organismos, reducir fragmentaciones y generar una lógica estatal coordinada. Presentó lo que considera avances en empleo, negociación colectiva, inversión, infraestructura, salud —con mejoras en medicamentos y en las listas de espera— y en programas estratégicos como Uruguay Innova o la Secretaría Nacional de Becas. También destacó medidas en vivienda, seguridad, cuidados, infancia y producción.

Su mensaje buscó transmitir que el país “pasó de la lógica del parche a la lógica del proyecto”, afirmando que el 70 % de las prioridades ya se están implementando y que el rumbo se apoya en cambios estructurales combinados con la “revolución de las cosas simples”.


Vea la intervención completa del presidente Orsi: