
Rusia lanza decenas de ataques a Ucrania tras acordar ronda de conversaciones de tregua en Turquía
- Jul 22 2025
Al menos un niño murió y 14 personas resultaron heridas en Ucrania por nuevos ataques aéreos rusos este martes 22 de julio. Las embestidas fueron lanzadas solo horas después de que Moscú acordara una tercera ronda de conversaciones sobre un posible alto el fuego con Kiev. Sin embargo, el Kremlin adelantó que no habrá “milagros”. Entretanto, el Parlamento ucraniano aprobó una ley que limita el alcance de dos agencias anticorrupción independientes.
Rusia se muestra abierta al diálogo, pero sin dejar de aumentar sus ataques a Ucrania.
Una nueva andanada de asaltos aéreos de Moscú mató a al menos un niño de 10 años e hirió a 14 personas este 22 de julio, señalaron las autoridades locales.
Las embestidas con decenas de drones se registraron en regiones como Sumy, en el norte del territorio ucraniano, Donetsk, en el este, y Odessa, en el sur del país.
La víctima mortal se registró en Kramatorsk, ciudad perteneciente al óblast de Donetsk.
Por su parte, la administración militar de Sumy informó que los ataques en la ciudad de Putyvl, justo al otro lado de la frontera, hirieron a 11 personas y dañaron infraestructura civil.
Al sureste, el alcalde de la capital homónima de Sumy, Artem Kobzar, señaló que un ataque con bomba guiada hirió a tres personas y dañó un bloque de apartamentos de varias plantas, destrozando ventanas y balcones.
Rusia ha lanzado un número creciente de ataques contra la región de Sumy. Un ataque con misiles en abril contra la ciudad de Sumy causó la muerte de 35 personas.
Si bien los asaltos de Moscú han sido incesantes desde que Vladimir Putin ordenó la invasión de su vecino país hace más de tres años, en los últimos meses ha aumentado la cantidad de drones y misiles que lanza en una sola noche contra Ucrania.
Cientos de drones rusos de largo alcance llegan en oleadas cada noche, sobrevolando Ucrania durante horas, aterrorizando a la población y atacando objetivos desde el este industrial hasta zonas del occidente, cerca a la frontera con Polonia, país de la OTAN con el que el territorio ucraniano comparte una importante zona limítrofe.
En medio de las crecientes agresiones, el pasado abril un ataque ruso con misiles mató a 35 personas en la ciudad de Sumy.
Sumy fue utilizada por las fuerzas ucranianas como trampolín para su gran incursión hace casi un año en la región rusa de Kursk. El Kremlin afirma que las fuerzas ucranianas han sido expulsadas de allí y Putin sostuvo que Moscú planea establecer una zona de seguridad en la zona.
La nueva serie de ataques del Ejército ruso fue perpetrada solo horas después de que el Gobierno de Moscú acordara una tercera ronda de conversaciones con Kiev, en Estambul, Turquía, programada para el miércoles 23 de julio.
Este martes, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, renovó su oferta de reunirse cara a cara con el presidente ruso, Vladimir Putin, para negociar el fin de la invasión, que el líder del Kremlin ordenó el 24 de febrero de 2022, el mayor conflicto en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial.
Pero Rusia ya ha rechazado peticiones previas sobre ese eventual encuentro. Y aunque las delegaciones de los dos países se preparan para entablar la nueva ronda de diálogos, las esperanzas de alcanzar algún progreso son escasas.
Mientras Zelenski insiste en que las delegaciones de menor rango-como las que se esperan para las conversaciones en Estambul el miércoles 23 de julio no tienen la influencia política necesaria para detener los combates, el Kremlin advierte que no se pueden esperar “milagros” de la reunión.
"Por supuesto, no hay ningún motivo para esperar alguna clase de avance milagroso. Dada la actual situación, esto es difícilmente posible", aseguró en las últimas horas el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitry Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Peskov agregó que “queda mucho trabajo por hacer antes de tener una discusión detallada sobre la posibilidad de reuniones de alto nivel”, lo que prácticamente descartó las esperanzas de una cumbre a corto plazo.
El anuncio de Zelenski esta semana de que se llevarían a cabo las negociaciones generó pocas esperanzas de progreso, a pesar de los intentos de la Administración de Donald Trump por impulsar las negociaciones de tregua, cuyas dos rondas previas-entre el pasado mayo y junio-no han lograron avances debido a las reticencias de Putin a ceder en sus exigencias.
Y es que el líder del Kremlin exige mantener los territorios que sus tropas han capturado durante la invasión o que Moscú se ha adjudicado tras cuestionados referendos, pese a que sus militares no controlan por completo esas regiones: Donetsk y Lugansk, en el este y Zaporizhia y Jersón, en el sur. Tampoco está dispuesto a devolver el dominio de la provincia de Crimea, en el sur de Ucrania, y que Putin se anexó en 2014.
Pero el Kremlin sigue manteniendo combates en tierra y lanzado ataques por aire para arrebatar más territorios ucranianos. Funcionarios de Kiev y Occidente han acusado al Kremlin de estancar las conversaciones para que su Ejército, más numeroso, capture más localidades de su país vecino. Rusia controla actualmente alrededor del 20% de Ucrania.
La Rada Suprema o Parlamento de Ucrania aprobó este 22 de julio una ley que limita la autonomía de los dos principales organismos anticorrupción:
La Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU por sus siglas en inglés) y la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAPO).
La medida reduce la autonomía de esas instituciones y allana el camino para que el fiscal general, designado por el presidente, adquiera mayor control sobre las dos agencias anticorrupción que han funcionado de forma independiente. Por tanto, la decisión es fuertemente rechazada por organizaciones de la sociedad civil.
263 del total de 324 diputados presentes votaron a favor de la ley en el Parlamento, en el que el partido oficialista tiene mayoría absoluta, según el diputado opositor Yaroslav Zhelezniak, que suele comunicar el resultado de las votaciones antes de que venza el embargo para informar sobre las sesiones, impuesto por razones de seguridad en medio de la invasión en curso.
El lunes 21 de julio, la agencia de seguridad nacional arrestó a dos funcionarios de la NABU bajo sospecha de vínculos con Rusia y realizó decenas de registros a empleados de la agencia por otros motivos.
Críticos de la medida, incluyendo a las dos agencias, afirmaron que la represión fue excesiva y comprometió su misión.
En declaraciones a la prensa en Kiev, el jefe de la NABU, Semen Kryvonos, instó al presidente Volodímir Zelenski a no firmar el proyecto de ley, que describió como un intento de "destruir" la infraestructura anticorrupción de Ucrania.
France 24, Reuters, AP, EFE